lunes, 27 de septiembre de 2010

Un espacio para los amigos

Me cayó del cielo un dinerillo que a decir verdad no era poco, pero si lo suficiente para quedarme estupefacto preguntándome ¿y ahora qué hago con esta cantidad de plata? Lo primero que descarté fue colocarla en el banco, porque después de la experiencia de hace un par de años donde muchas personas, entre ellas amigos muy cercanos, perdieron hasta el último centavo de los ahorros de toda su vida, descarté de plano esa posibilidad.

Hasta aquí los hechos.

Después de semanas de romperme la cabeza pensando qué hacer con tan importante suma y luego de haber descartado a la Bolsa, cajas de inversión etc., llegué a la conclusión que lo mejor era invertir en el área inmobiliaria.

Como ustedes saben, soy un romántico empedernido y decidí comprar un pequeño pero muy práctico departamentito de un dormitorio, ubicado a una cuadra de la alcaldía y del Parque Central, en pleno centro de Miraflores, distrito donde yo vivo y que se ha convertido en el paraíso turístico de la ciudad junto al mar, donde se ubican el Hotel Marriott, el Miraflores Park Plaza, el Holiday Inn, entre otros...

El departamento tiene un dormitorio, baño completo con asas para discapacitados, utensilios de cocina, horno microondas, comedor y sala totalmente amoblados, TV plasma, equipo de sonido, un pequeño bar, chapas de seguridad. Está destinado a mis amigos bloggers que deseen visitar Lima. Así podremos conocernos en persona y estrechar más los lazos de amistad que hayamos iniciado por esta vía. Los precios son los más bajos del mercado. Claro, también está destinado para sus amigos.

De esta manera, mi alma romántica será recompensada con el gusto de darle un abrazo muy fuerte a aquellas personas que han entrado en nuestras vidas a través del ciberespacio.

Para ver fotos, entra acá.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Bicentenarios

Latinoamérica está de fiesta, en estos meses varios países cumplen el Bicentenario de sus independencias.

México está aún celebrando el acontecimiento con, yo diría, un desfile magistral. Ojalá que sus problemas en cuanto a la seguridad de sus ciudadanos se vean superados con nuevas estrategias que permitan vivir en armonía a los hermanos mexicanos. Felicitaciones y a triunfar contra esas bandas que actúan con tanta facilidad, odio y violencia. Solo queda decir un fuerte: ¡viva México!

Otro país que cumple su bicentenario es la República de Chile, país vecino que este 18 de setiembre celebra sus 200 años de independencia. Levantamos nuestras espadas y saludamos también a ese pueblo hermano, a toda su gente, parientes y amigos que tan bien se portaron al recibirme en la época en que Fujimori cerró el Congreso Peruano. En esa época, yo era diputado y acababa de dejar el puesto de Presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, y recién me habían elegido como miembro de la Directiva en el puesto de Pro Tesorero de dicha Cámara. En eso ocurrió el autogolpe de Fujimori.

Perseguido por la dictadura, tuve que emigrar a Chile con mis 3 hijos y con su madre, que es chilena. Nos fuimos a vivir a Santiago, a una pequeña casa en un lugar muy atractivo llamado Las Condes. A los dos meses conseguí trabajo en la Comisión Sudamericana de Paz. Luego pasé a trabajar al PNUD. Tres de mis cuatro hijos viven allá. Uno de ellos está casado con una dama chilena y ya me dieron mi primer nieto.

Desde Lima, un fraterno saludo al pueblo chileno por tan importante efemérides.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Mamá

Trabajaba en la Primera Sala de la Corte Suprema de la República. Era un muchacho de 16 años y se me ocurrió llamar por teléfono a mi mamá. El diálogo que se desarrolló fue más o menos como sigue:

- Aló, madre.
- Hola hijo, ¿cómo estás? ¿No deberías estar en el trabajo a estas horas?
- En el trabajo estoy.
- Entonces, ¿qué te ha pasado?
- Nada, solamente te llamaba para que seas tú la primera persona que se entere de que he cambiado mis planes de vida.
- ¿Y cómo es eso?
- Nada, que ya no quiero ser abogado. Quiero ser cura.

El silencio que se produjo entonces fue como una nube que se podía cortar con una tijera.

- A ti te ha pasado algo. ¿Llamaste a tu padre para que te recoja en este momento? ¿Te sientes bien? Tómate la frente con la mano y mira si estas caliente. Mejor tómate un taxi y ven a la casa inmediatamente. ¡Estás mareado! Mmm... ¿no habrás estado tomando con tus amigotes?
- No mamá. Olvídate no pasa nada, no te preocupes- y colgué el fono.

No había pasado ni media hora cuando recibí las llamadas de dos tías y de mi abuela, quien no vaciló en felicitarme por la determinación.

La relación con mamá se había puesto algo tensa. Pero el tiempo lo borra todo y luego de que decidí ser abogado las cosas se arreglaron... aunque no para mi abuela.

Mi madre era como todas las de su tiempo: genio fuerte, mandona, castigadora y mano larga, aparte de simpática, inteligente, audaz, culta, de una memoria excepcional, poeta, compositora, muy independiente para su época.

Esos últimos atributos la diferenciaban del resto de las típicas madres. Jamás me sentí acosado, perseguido, abrumado por una super madre. Eso si, lo que más sentí fue su falta de cariño (ojo, digo falta de cariño, no de interés en mí).

Muchos son los recuerdos que tengo de ella. Le encantaba su cumpleaños. Cada cumpleaños era una versión distinta del año anterior. También era muy aficionada a los deportes, sobre todo al fútbol y al voley. Hincha del equipo ganador, especialmente de los clubes donde jugaban chinchanos... hijos de su tierra querida, Chincha, 200 km al sur de Lima.

Partiste hace un año, el 11 de setiembre, a los 84 años bien vividos, enfrentándote a la otra vida con coraje y una sonrisa...

Y nada... salpicados recuerdos de un hijo agradecido.